Otra vez

Me considero una tipa feminista. Una luchadora por los derechos y soñadora como cualquier mujer de lograr el equilibro en el planeta. Pero aun así, no me comporto como tal. A una feminista no le interesa ni su peso, ni su físico. Resulta ser que hace unas dos semanas es lo único que me come el bocho. Principalmente no salgo de mi casa, las excusas ya se me están agotando, pero es que no quiero que nadie me vea, me hable, me observe. Me veo al espejo y lloro. Como y lloro. Vuelvo del gimnasio y lloro. Duermo y lloro. Antes era una gran fan del sexo casual. Me gustaba hablarme con los hombres solo y exclusivamente para arreglar, coger y no saber mas nada. Ahora, hoy, de solo pensar el estar desnuda adelante de alguien me rompe el corazón, me da vergüenza, me da miedo. Y es que el estereotipo y bla bla bla. La realidad es que no me quiero, ni un poquito. Que la depresión volvió y se me ríe a carcajadas. Que soy una gorda queriendo ser flaca y que todos la quieran un poquito mas. Y es que no salgo de mi casa y no quiero ver ni mi sombra. La depresión me consume y no puedo comer sin llorar, no puedo sentir olor a comida sin desear y a la vez morirme de la tristeza, de no ver cambios, de morirme una y otra vez en el intento. Quiero parar, me estoy obsesionando, me estoy lastimando, me estoy quedando sin nada de a poco y otra vez. Quiero dejar de fingir que me las se todas, que soy la puta del pueblo. Quiero mirarme al espejo y gustar de mi. Quiero que dejen de preguntarme 'que me pasa'. Quiero no ver a nadie nunca más. Estoy en el medio de la feminista luchadora y la gorda. Una lucha y la otra come. A una no le importa nada y la otra llora. Una se come y coje a quien se le cruce y la otra mira y toma para sentirse mejor. Una sale en bolas y otra con 35 grados de calor sale en jeans. Ya no quiero ni ser la luchadora, ni ser la gorda,quiero dormir, cerrar los ojos y no preocuparme por más nada, otra vez.